Se trata del abono por tres rascacielos proyectados el 2004 por el arquitecto español Santiago Calatrava, en la ciudad de Valencia, España. Las tres torres de 58, 70 y 80 plantas, junto a un bloque poligonal de 8 plantas y 112.000 m2 de uso residencial y 50.500 de uso terciario, sólo existen como proyecto y maquetas, sin embargo, ya fueron pagados sus bonos, los que alcanzarían los €15 millones.
Francisco Camps, quien presidía el Gobierno valenciano para aquella época, habría pagado a través de una serie de cheques nominativos una suma, desde el 2005 al 2007, que alcanza los 15.2 millones de euros, por un proyecto que desde un comienzo se sabía inviable.
En marzo de este año una serie de políticos opositores a Camps presentaron una denuncia poque consideraban que hubo un supuesto delito de prevaricación y malversación de caudales públicos en el contrato firmado entre la Generalitat y el arquitecto Santiago Calatrava. Por falta de pruebas la denuncia fue archivada, sin embargo, documentos judiciales comprobaron que efectivamente la cifra fue pagada.
La oficina de Calatrava por su parte no ha querido hacer declaraciones respecto al tema.